Bastante trabajoso me resulta aceptar las cosas como son, con mi manía incontrolable de controlarlo todo, de controlarme a mi, de controlarte a ti y a cada uno de los que pasan por mi vida.
Bastante, bastante difícil me resulta aceptar cuando algo termina, cuando se pasa de una etapa a otra, cuando una relación llega a su fin, por que según mi estructura mental, según mi psique, las relaciones son 'para siempre', pero me vengo a dar cuenta que 'para siempre' dura muy poco, al menos para mi.
Es ese transcurso, donde pasa de Verano a Otoño, dejar ir el verano con tantos recuerdos y tanta vivencia, para aceptar la llegada del Otoño, que no se qué traerá, la incertidumbre, pensar si será mejor, peor, o será simplemente igual, y lo peor, el miedo a encontrarme entrando al Invierno sin haber descubierto lo que traía para mi el Otoño, por estar aferrada al Verano, el verano que trajo tantas cosas buenas, tantos suspiros, tantos recuerdos que se han quedado en eso, en recuerdos.
Y qué difícil, qué complicado me resulta aceptar el final de un Verano que nunca trajo lo que prometió, que nunca cumplió lo que esperé y sobretodo, aceptar que nunca será. Qué difícil me resulta.
Pactar con lo inevitable, aceptar pues, el final de un Verano, aceptar la llegada de un Otoño, que estoy segura vendrá también contigo, de alguna u otra forma.
Bastante, bastante difícil me resulta aceptar cuando algo termina, cuando se pasa de una etapa a otra, cuando una relación llega a su fin, por que según mi estructura mental, según mi psique, las relaciones son 'para siempre', pero me vengo a dar cuenta que 'para siempre' dura muy poco, al menos para mi.
Es ese transcurso, donde pasa de Verano a Otoño, dejar ir el verano con tantos recuerdos y tanta vivencia, para aceptar la llegada del Otoño, que no se qué traerá, la incertidumbre, pensar si será mejor, peor, o será simplemente igual, y lo peor, el miedo a encontrarme entrando al Invierno sin haber descubierto lo que traía para mi el Otoño, por estar aferrada al Verano, el verano que trajo tantas cosas buenas, tantos suspiros, tantos recuerdos que se han quedado en eso, en recuerdos.
Y qué difícil, qué complicado me resulta aceptar el final de un Verano que nunca trajo lo que prometió, que nunca cumplió lo que esperé y sobretodo, aceptar que nunca será. Qué difícil me resulta.
Pactar con lo inevitable, aceptar pues, el final de un Verano, aceptar la llegada de un Otoño, que estoy segura vendrá también contigo, de alguna u otra forma.