lunes, 30 de mayo de 2011

Sin ti

Comienza el quinto día sin ti.

Sigo extrañándote, sigo sintiendo tristeza por mí misma al verme sonriendo con la tranquilidad de verte pronto. Por que así me veo, cuando trato de sobresalir de este proceso, me olvido de todo y pienso que estás de viaje o que pronto te veré.

Siempre era el mismo recorrido, llegar a tu casa, tocar el timbre tres veces, luego una, entrar directamente hasta el fondo del pasillo y doblar a la izquierda y entonces estabas tú, viendo algún partido de fut, leyendo el periódico o algún libro y saludarte con un abrazo, que me dijeras encimosa. Y el último día fue igual, pero tú ya no me dijiste nada, no me volteaste a ver, te abracé y no me quitaste, tú ya no estabas. No se en qué momento me di cuenta que ya no estarías, incluso no se si me he dado cuenta o tal vez aún no me doy cuenta de ello.

Recuerdo un día, después de que saliste del hospital al tener tu infarto, hablaste a la oficina y me dijiste que me querías mucho, aún recuerdo la sensación que tuve y no me gustó, sentí que te despedías y eso no me gustó para nada, pero fue bonito que tú, siento tan poco afectivo lo dijeras. Después de esa vez vinieron otras pocas más, las recuerdo todas. Y las disfruto.

Hoy me duele nunca haberte dicho que te amo, aunque sé que lo sabías, jamás me atreví a decirlo. Claro, me heredaste esa poca afectividad ante los demás. Odio los abrazos, pero los tuyos los amo y me quedo con cada uno de ellos.

No me voy a despedir, por que no puedo, no puedo decirte adiós, soy egoísta, me dueles, me partes el alma, pero no quiero decirte adiós aún. Es eso, no quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario